Llega La
Navidad
Llega la navidad, el
momento de gastar todos los ahorros que has ido guardando a lo largo del año
para comprarle algo bonito a tus seres queridos, que es probable que no se
pongan nunca o que ni siquiera les guste, pero que te recompensarán con una
cosa igual y una sonrisa en la cara.
Llega la navidad, el
momento de dejar la dieta a un lado y volver a engordar, a causa del turrón y
las comidas familiares, eso diez quilos que habías intentado adelgazado con la
intención de poder entrar en el vestido, ajustadísimo, de la noche de año
nuevo.
Llega la navidad, el
momento de pasarte, todas las tardes en las que tus hijos tienen actividades,
recorriendo tiendas para encontrar el juguete idóneo para que tu hijo juegue
con él uno o dos meses y que acabes donando a una asociación de recogida de
objetos usados.
Llega la navidad, el
momento de tener que ir a las reuniones familiares, poco productivas, para
comer gambas, champagne, uvas, un pollo enorme relleno de una mezcla secreta,
mazapanes, turrones, y el típico plato casero de la abuela, que nunca puede
faltar, y el cual si no te acabas entero no te levantas de la mesa.
Llega la navidad, el
momento que todos los productores estaban esperando para lanzar su nuevo
anuncio, el cual llevaban planeando todo el año, y que, en caso de no haber
logrado nada, crean concursos para que la gente sea creativa y se esfuerce por
lo que ellos no han sido capaces de hacer.
Llega la navidad, el
momento en el que salen la mayor cantidad de capítulos repetidos navideños de
las series y se reproducen las mismas películas de todos los años. En el que se
esperanza a la gente haciéndoles comprar lotería. Y que lleva a los más
religiosos a rezar a la casa del Señor por el nacimiento de Jesús, y a rogar
que el próximo año les sea benévolo.
Paula
Poswac
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